El Tiempo es de Dios

viernes, 14 de mayo de 2010

Otro argumento para la pena de muerte.

También hay un argumento confesional...

La Confesión de Fe, hablando del magistrado civil dice:

Dios, el Supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha instituido a los magistrados civiles para estar sujetos a Él, gobernando al pueblo para la gloria de Dios y el bien público; y con este fin les ha armado con el poder de la espada, para la defensa y aliento de los que son buenos, para el castigo de los malhechores. Es lícito para los cristianos aceptar y desempeñar el cargo de magistrado cuando sean llamados para ello ; en el desempeño de su cargo, deben mantener especialmente la piedad, la justicia y la paz, según las leyes sanas de cada estado , así con este fin, bajo el Nuevo Testamento, pueden legalmente ahora hacer la guerra en ocasiones justas y necesarias .


Vemos entonces que Dios "armó con el poder de la espada" al gobierno civil para:

    • defensa de los que son buenos
    • aliento de los que son buenos
    • castigo de los malhechores
    • hacer la guerra en ocasiones justas y necesarias


Claramente una guerra implica muertes en el bando contrario y el castigo (con el poder de la espada) a los malechores también.

Ahora... en otro de nuestros símbolos confesionales... El Catecismo Mayor de Westminster dice:

136. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el sexto mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el sexto mandamiento son: el quitarnos la vida, o quitársela a otros, a no ser un caso de justicia pública, de guerra lícita o de defensa necesaria, la negligencia en el uso de los medios necesarios para preservar la vida o el desprecio de ellos; el enojo pecaminoso, el odio y la envidia, deseo de venganza; toda ira excesiva, ocupaciones que acongojan el uso inmoderado de la comida o bebida, trabajo y recreaciones; palabras provocativas, oprimir, disputar, golpear, herir y todo lo que tienda a destruir la vida de alguno.


Entendemos aquí que está aprobado quitar la vida en casos de justicia pública, guerra lícita y defensa necesaria.

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